OPOSITANDO A LA VIDA (25/09/2020 un día antes del primer examen)
Al final de la habitación,
sentada junto al escritorio,
tu figura sobre el papel encorvada,
como queriéndolo poseer,
lo intimidas y absorbes a la vez,
así, un día tras otro,
implacable, tenaz.
De repente, durante unos instantes paras,
alzas la mirada, perdida,
y a continuación, bebes
un insaciable trago de agua.
Tu espalda se acomoda, torpe,
y tu cuello, sometido, intenta regresar a tu cuerpo.
En ese instante, tu mente libre a veces,
se lamenta, se alegra,
se preocupa, se duerme,
se pregunta por qué,
pero siempre envuelta en una neblina,
una cuasi anestesia,
que acolcha y entumece
cualquier apreciable sensación.
Pero mucho antes, tú,
decidida a declararte en rebeldía,
saliste a buscar tu botín, sin importarte los peligros,
muchos de ellos desconocidos, impredecibles al estímulo,
y con transparente ingenuidad y sin haber terminado tu aventura,
resultó que trajiste las sacas llenas de tesoros,
tanto o más valioso que el que fuiste a buscar.
Aún así, y como viniste a por tu recompensa,
¡ahora sí, sal de tu trinchera!,
camina hacia ella con una sonrisa,
y sin complejo alguno, cógela,
no pidas permiso y graba tu nombre
en el sueño que siempre has tenido.
La vida de un opositor, ya la conocen todos,
es dura, ingrata, plomiza y penosa,
pero tú, lo has hecho diferente,
tu ánima resplandeciente y tranquila,
y tu sí convencido te han traído hasta aquí.
Claro que eres una más,
un deseo más públicamente ofertado,
un intento más legalmente convocado,
pero para nosotros eres la única,
administrada ilusión,
el único listado posible,
la que antes de hacer el examen,
ya lo ha logrado todo.
¡Suerte para mañana!.
LA CAVERNA (23/07/2021 un día antes del tercer y último examen)
Te adentras y rompes sin saber un ficticio velo,
una velada puerta,
aún cuando el sol en apariencia brilla igual e idéntico ambiente respiras,
has entrado en un camino de sombras y temores,
donde el calendario desaparece,
donde los segundos implacables caen,
siempre pesados,
siempre a des-tiempo.
Éter antiguo que deforma el pensamiento original,
que dulcifica el amargor de descubrir que cada nuevo día,
no es más que una alargada sombra del anterior.
Ese es el precio por entrar en la caverna,
tal vez, vista desde fuera, inocente casita de muñecas.
Conforme avanzas, ahogada en sus pasadizos,
sacas todo tu arsenal, toda tu fuerza del interior,
crees más en ti que en tu alrededor,
llegas a ver el cielo incluso desde el más angustioso subsuelo,
sientes el miedo, la decepción,...
pero no dejas que se apague el candil de la esperanza,
ese que te ilumina a través de todas estas galerías que recorres.
Tu espada esa llama azul y amarilla,
pequeña y vacilante que apresa tu mano,
y tu armadura tu pecho rebosante de sueños,
los que te permiten avanzar,
tal vez sin norte,
pero siempre hacia delante,
dispuesta a llegar a algún lugar.
¡Hacia tu destino con anhelo!.
Agarra con fuerza tu zurrón,
en el llevas tu ramito de primavera y unos cuantos amuletos,
y todo un sueño construido a base de esfuerzo, fe y valentía.
Camina un poco más,
límpiate el sudor de la frente,
recógete el pelo, y confía,
pues debes saber que aunque entraste y caminas por una cueva,
tu compromiso la ha transformado en una sima preciosa,
de hecho has descubierto para ti y para todos nosotros,
pase lo que pase,
la Gruta de las Maravillas.
Mañana la última etapa, el capítulo final de esta travesía,
por eso hoy, amor,
toda la suerte del mundo y disfruta de este hallazgo que es, todo tuyo.
Gracias siempre.
