martes, 28 de abril de 2020

EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS VI


Déjame que te diga que
tener tan baja la temperatura corporal,
no te permite cocinar tus ilusiones y,
ni mucho menos derretirte en deseos.
Sufres de melancolía,
el amor esquiva tus idas y venidas,
nunca antes habías funcionado a tan bajas revoluciones.
La tercera ley de Newton
es la nuevaton-tería, porque no hay reacción posible
si tu cuerpo se ha negado a participar.
El tiempo es solo aire caliente y seco,
que visita continua y molestamente,
a los pacíficos inquilinos
que descansan refrigeradamente
en el interior de tu armario del frío.
Y lo peor de todo,
es que una conversación es
una montaña demasiado alta.
en los tiempos del coronavirus,
si eres de los que tu obligación es
quedarte en casa,
debes saber una cosa,
que estás dentro de la alineación,
eres del equipo titular,
y que el resto: sanitarios, cuerpos de fuerzas y seguridad, servicios de transportes y limpieza,…
todos ellos dependerán de ti.
Así que prepárate,
lleva la pena con despeinada alegría,
recupera las miradas directas a los ojos,
haz muchos ejercicios de cuello para poder mirar continuamente hacia atrás,
y prepara tus pies para pisar el terreno,
porque la nueva competición se va a estrenar,
y atento a las nuevas reglas, son fundamentales.
Ten muy en cuenta la principal novedad,
el nuevo torneo terminará y se ganará,
cuando el último de todos haya llegado a la meta.


lunes, 27 de abril de 2020

#soydelcalvario






La Muy Noble y Muy Leal ciudad de Jerez de la Frontera cuenta con un lugar especial a las afueras de la ciudad, más allá del viejo arrabal de Santiago, situado en lo alto de un cerro que hay antes de encontrarnos con las tierras albarizas existentes al otro lado del Arroyo de la Loba. Era allí donde los monjes mercedarios, moradores del cercano convento, finalizaban el tradicional Vía Crucis, que comenzaba todos los años en la Alameda Cristina, y en el que realizaban cada una de las estaciones en los trece pilares que ellos mismos levantaron a la vera del camino, siendo la última estación la cruz de piedra que se encontraba en aquel viejo humilladero. Junto a dicho pétreo signo, se erguía tímida y silenciosa la conocida como Capilla del Calvario, por ser aquel lugar el particular “Monte Calvario” de Jerez, llamado así por su orografía y similitud con el verdadero existente en Tierra Santa. La capilla, con la fachada orientada a la salida del sol, miraba de frente hacia la ciudad, bendiciéndola, protegiéndola, tal y como hace a día de hoy y desde 1919 en aquel mismo lugar un monumento en honor al Sagrado Corazón de Jesús. Situada en un cruce de caminos, tenía muy cerca una fuente de un solo caño, construida, tanto la fuente como la capilla, con piedra traída de la cercana cantera de la Sierra de San Cristóbal. El agua de la fuente llegaba a un abrevadero para caballos y bestias, realizado en uno de los muros laterales del templo. Dos centenarios acebuches y una hermosa higuera daban sombra a dicho muro lateral, permitiendo así un lugar ideal para el descanso.
Lugar de paso obligado para jornaleros y trabajadores de la vid, vendedores, tratantes y viajantes que salían de la ciudad o llegaban a ella por aquella zona, y también frecuentado por vecinos de las casas que cercaban el camino desde el viejo barrio jerezano, desde donde a diario subían los más pequeños a jugar y a refrescarse. Se podía decir que sin estar todo el día lleno de gente, tenía su particular trajín de idas y venidas, visitas fugaces la mayoría, aunque algunas eran dirigidas y hechas a conciencia con el propósito de parar allí. Desde hacía unos pocos años, había en la capilla unas imágenes de la Virgen María acompañada del apóstol San Juan y las tres Marías, colocadas todas en el camarín que presidía el altar mayor. La imagen de la Virgen María era una bellísima talla con la advocación de Piedad, titular de la Hermandad que llevaba su nombre y la cual sus Hermanos habían encargado, al ya algo mayor y agotado, pero muy afamado escultor sevillano Ignacio López, afincado en la vecina localidad de El Puerto de Santa María, quien en su formación estuvo muy influenciado por su padre, también escultor, y otros artistas relacionados con su círculo paternal, tales como Alfonso Martínez, Valdés Leal, Alonso de Morales y por último el más célebre escultor de su época, Pedro Roldán.
La Hermandad que también lo era del Cristo del Calvario y del Santo Entierro, alojaba en su interior dos imágenes de Jesucristo, una del Señor Yacente dentro de una bella, sobria y elegante urna de plata de ley de otro artista insigne recientemente fallecido, el orfebre jerezano Juan Laureano de Pina, a los pies de la Santísima Virgen, donde María Salomé y María Cleofás, entre hilos, tijeras y dedal, preparaban con afán y llanto, la mortaja de Cristo, mientras San Juan y María Magdalena intentaban consolar a María dirigiendo sus gestos y miradas; y otra de imagen de Jesucristo, muerto en la cruz, llamado Santísimo Cristo del Calvario, realizada con brazos articulados a imagen y semejanza de la ya por entonces centenaria imagen del Señor Yacente (antiguo y originario Santísimo Cristo del Calvario hasta que le dejaron fijos los brazos, antes articulados, para ser introducido de forma permanente en su urna de plata).
Era aquel un lugar lo suficientemente cercano a los límites de la ciudad como para ser visitado con frecuencia por los propios vecinos de la zona y a la vez lo suficientemente alejado como para generar en sus visitantes un efecto de lugar al que había que llegar para encontrar paz y tranquilidad, sin los bullicios propios de la ciudad, además de otorgarles una posición privilegiada en uno de las colinas más altas que rodeaba Jerez y su campiña.
Cuentan que en aquel lugar privilegiado, en aquella morada santa, la Virgen de la Piedad se fue convirtiendo con el paso de los años en una vecina más de todos, una vecina especial, buena, que escuchaba a todo aquel que con fe y humildad subía al monte Calvario. Postrarse a sus plantas en aquella sencilla capilla calmaba la sed espiritual del visitante, permitía con facilidad tranquilizar sus almas agitadas. Sus Hermanos también contribuyeron a que la bella dolorosa de la Piedad calara un poco más en el corazón de todos los jerezanos, pues ellos se entregaban a destajo en atender muchas de las necesidades que padecían sus gentes, la primera de todas, la de proporcionarles cristiana sepultura a quienes no disponiendo de los medios suficientes habían finalizado sus días en este mundo. Muchas obras de caridad que hacían los Hermanos del Calvario, además de realizar actos de piedad con mucha dignidad y prestancia. Organizaban dos desfiles procesionales en Semana Santa, que eran seguidos con especial devoción y respeto. Sin duda alguna, uno de los actos que suscitaba mayor expectación era la sin par ceremonia del Descendimiento de Cristo, que se realizaba en la explanada o arenalejo que había junto al templo de Santiago y que se llevaba a cabo en la alboreá del Viernes Santo, ya cercana su recogida. La procesión, con los pasos del Cristo del Calvario y el de la Virgen de la Piedad acompañada del duelo bajo palio había salido a la calle en las horas centrales de la fervorosa Noche de Jesús cuando la Hermandad del Nazareno una vez subía y llegaba a la Capilla del Calvario, tocaba su puerta. Dicho ceremonial se llevaba a cabo una vez situaban los dos pasos de la Hermandad junto a la pared del imponente templo del arrabal, lugar donde con la correspondiente guía y narración de los Padres predicadores, varios sacerdotes vestidos con bordados y ostentosos ropajes recreaban el piadoso acto de descender de la cruz al Santísimo Cristo del Calvario, al son de cantos y plegarias de todos los presentes, y que luego depositaban en el paso de la Santísima Virgen de la Piedad para completar la escena del duelo que aquel extraordinario misterio iconográfico representaba. Horas después, ya siendo la tarde de Viernes Santo, volvían a procesionar los Hermanos del Calvario, esta vez con el paso alegórico del triunfo de la Cruz sobre la muerte, la conocida como “La Chacha”, que no era más que un esqueleto sentado en actitud pensativa, sobre una bola del mundo sujetando una guadaña a los pies del santo madero, con el paso del Santo Entierro y por último con el paso de palio de la Virgen de la Piedad, en esta ocasión sola.
Unos años, aquellos de mediados del siglo XVIII, que aunque no fueron los iniciáticos para aquella corporación que ya por entonces contaba su existencia por siglos (concretamente sus Reglas fundacionales datan de 1547), sí se podía decir que vivía unos años de plena efervescencia y presencia plena tanto en la vida de sus Hermanos como en los corazones del pueblo de Jerez. La llegada de la nueva talla de la imagen de Nuestra Señora de la Piedad, supuso de manera muy especial, el inicio de una devoción, Amor trasvasado de generación en generación hasta nuestros días, y que tiene un anclaje perfecto en un lugar con mucha historia, perfectamente definido e identificable del entramado urbano actual de la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Jerez de la Frontera, el Calvario.

sábado, 25 de abril de 2020

NIGHT STORIES



   -¡No me cuentes penas, cuéntame alegrías! -me dijo con cierto desparpajo, desentendida, con la cabeza girada hacia el otro lado y alzando el brazo, como borrando el escaso espacio que nos separaba.
   -¡Claro, yo te voy a contar lo que tú quieras! -le contesté rápidamente como un resorte, mirándola por encima del brazo que ya apuntaba hacia lo alto-. Yo si quieres te cuento la parte bonita del cuento y el resto te lo ahorro, ¿verdad?, ¡eh!.
   Por suerte la última interjección, ese desafortunado desprecio, quedó apenas audible pues se me cayó de los labios nada más salir de la boca. El viento racheó fuerte en mitad de la noche arrastrando nuestras ropas y cabellos hacia donde huía el aire. Se hizo un momento de silencio. Era la tregua que adoptábamos casi siempre en estos casos. Una especie de remordimiento casi tan automático como nuestras respuestas anteriores, un inconsciente arrepentimiento que de alguna manera pretendía equilibrar la balanza de nuestros torpes y desconocidos sentimientos. Ya con la ráfaga perdiéndose calle abajo, cargada de trozos de papel y algunos que otros restos de basura que estaban sobre el adoquinado, se me acercó con decisión, me agarró fuerte las dos manos y mirándome de frente me besó. Cerré los ojos y me sumé también, mandando fuerza contra su rostro y articulando mi boca con la suya. Un beso largo, con las manos agarradas, ella en mitad de la estrecha calle, y yo sobre el escalón de la acera. Y como testigo la única farola que estaba encendida, y que detrás mía nos iluminaba exclusivamente a nosotras. Luego nos miramos, sonrientes, todavía con las manos agarradas y apoyadas sobre nuestro sexo, nos tocamos la nariz de izquierda a derecha y nos dimos un beso.
   Caminamos largo rato sin rumbo por las solitarias calles del casco viejo, fantasmagóricas todas. No dijimos nada más. Sabíamos que aunque quedaban de nuevo asuntos pendientes, era vital despedirnos con una sonrisa, porque allí, en las horas oscuras del fin de semana, éramos lo que de verdad queríamos ser.

jueves, 23 de abril de 2020

EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS V

Hoy es el día del libro, el de San Jorge, el 23 de abril, el de Cervantes y Shakespeare, las glorias de la literatura universal unidas por el destino. Primero me voy a saltar lo que se suele hablar en estos casos, la necesidad o no, sobre lo apropiado o no, de establecer un día señalado en el año para celebrar o visibilizar algo, en este caso, el libro. 
El libro es un objeto muy importante, cuyo valor es indiferente, y a veces hasta inversamente proporcional, al tamaño o número de páginas o la calidad de los materiales utilizados para su elaboración. Lo que encierra igual cabe en un papel satinado y pulcro de extraordinaria calidad perfectamente encuadernado, que en hojas sueltas, amontonadas y sucias, porque es su contenido y no su continente el que ejerce ese efecto educador, curativo, sanador, reconstituyente, edificador, motivador, ilusionador, embriagador, apasionador,… etc, tantos efectos buenos y beneficiosos que no cabrían en un libro, es decir, que un libro es como un gesto de cariño, pequeño, sencillo, nada pretencioso, pero que puede multiplicarse miles y millones de veces creando una preciosa obra de Amor. Pero un libro también puede recoger la semilla del mal en su interior, y puede ser capaz de tornar una mente normal en un cerebro con sed de venganza, es decir, que un libro es como el SARS-CoV-2 en los tiempos del coronavirus, algo aparentemente insignificante, pequeño de tamaño, pero capaz de acabar con la vida o la ilusión de una persona o de pueblos enteros. 
Homenaje hoy y siempre al libro, al de buenos y sanos principios claro, porque con él homenajeamos muchas buenas y sencillas cosas. Si el libro sirve para la formación académica o para el conocimiento y crecimiento personal de sus lectoras y lectores, homenaje grande a la EDUCACIÓN. Si el libro sirve para el entretenimiento y el esparcimiento de sus lectoras y lectores, homenaje grande a PASAR UN RATO AGRADABLE. Si el libro sirve para que el autor sea capaz de expresarse, comunicar lo que lleva dentro o inventar historias, homenaje a la CREACION LITERARIA. Y si el libro sirve, HOMENAJE HOY Y SIEMPRE.



martes, 21 de abril de 2020

EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS IV

Ahora que el tiempo parece detenerse,
ahora que ha tomado otro cariz,
seco, pesado, lento,
ahora que el sonido del silencio es atronador,
y que nos abrazamos a nuestros padres y hermanos,
que los besamos y tocamos a dos metros de distancia,
ahora
quiero asomarme al balcón de tu mirada.
Tus ojos, tus hermosos topacios,
grandes como la luna preñada de nácar,
cristalinos como el aguadero que visita tímido el sarrio,
son tu carta de presentación,
tus mejores galas,
tus credenciales,
tu sello de garantía,
en definitiva, son
la punta del iceberg de la Verdad que habita en tu interior,
por eso son preciosas perlas marinas tintadas de pacífico,
porque tus ojos eres tú, y tú eres mucho más que tus ojos.
Quiero pararme en ese remanso de claridad,
lejos de cualquier fuego cruzado,
descansar, sonreir, respirar,
y volverte a solicitar
permiso para habitar.
No me cuesta repetirlo, es más, 
ayuda y mucho recordarnos que no somos propiedad,
sino compartida unión y libertad,
así que llegar y llamar,
renueva en algo la magia de la primera vez.
Hermosa eres, 
como un baño en alta mar,
y profunda,
con raíces fuertes que resisten al temporal.
Gracias por otro día en los tiempos del coronavirus.


lunes, 20 de abril de 2020

CAMBIO DE PLANES

Desde la última vez, en muchas ocasiones desde entonces, quería llegar aquí,
pararme...
tomar aire... 
y entrar y bucear... 
buscar y encontrar... 
y pulir y enseñar. 
Ya tenía en la cabeza la ruta y la manera de recorrerla, pero he aquí que con todo el equipo y los víveres preparados, el llanto de mi hijo antes de dormir ha mojado todos mis planes dejándolos irrealizables. Ha ocurrido que me ha empapado a mi también, y ahora esa humedad me ha calado, no tanto los huesos, sino el sentimiento y el corazón. Lo que comenzó siendo un fastidio ahora es mi causa. Una causa que habla de sensibilidad, pero sobre todo de fragilidad frente a situaciones donde un niño de siete años sufre la angustia al imaginar un momento pasado donde le cuesta recordar a sus padres, o un momento futuro donde no consigue verlos junto a él. Todos hemos sido niños, todos hemos despertado a la vida más cruda a golpes de realidad, y en muchas ocasiones esos golpes de realidad llegan en los sueños o con el ejercicio de la imaginación.

Tener un recuerdo es un seguro de vida, pero siempre no ha sido así.
Lo entiendo, porque soy su padre y de alguna manera yo viví lo mismo antes en mi niñez, pero contemplarlo ha sido suficiente para en primer lugar, que me arrollará, y luego para que decidiera alistarme a su fila, con la convicción de que sufrir con él le aliviaría y que mi presencia le tranquilizaría algo más.
Así que este inesperado cambio de planes, ha tenido en esta prolongación del momento, pequeño pero a la vez intenso momento, una posibilidad de "ofrenda de sacrificio" para que pueda comprender y acompañar todos los momentos de tribulación del alma de mis hijos, todos aquellos en los que deba de estar y en los demás que ellos me dejen.
Si no seré yo quien llore acongojadamente por siempre, preso de la pena y atado a la soledad.

sábado, 18 de abril de 2020

EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS III


En los tiempos del coronavirus el estado anímico es... ptosis palpebral,
se vive en continua sensación de... "alumnos, he decidido adelantar el examen final",
la sociedad ha estipulado el nivel máximo de decibelios en... veintitrés sonrisas al mes,
el tiempo atmósferico es... nublado por las regiones del alma.
Todos hemos aceptado como cierto
que tener energía ofende,
que no ser decente con la pena
causa daño en los ojos,
que tener un problema, convivir con una situación cruel o agachar la mirada,
son actos patrióticos de gran nivel.
En este escenario, jugamos el papel de las plantas,
quietas,
silenciosas,
lentas,
limpiamos el aire contaminado con nuestros miedos.
La mente,
nuestra mente, 
si piensa en color,
con musiquilla,
con armonía,
lejos de aquí,
no es más que una fulana,
la ramera del cuento.
Y es que si más aún en los tiempos del coronavirus,
la enseña nacional es la tristeza,
y establecemos fronteras levantando muros con lágrimas (de cristal),
¿dónde quedará la posibilidad de acabar con el villano?
y una vez muerto,
¿dónde la esperanza de construir algo nuevo, algo mejor, y no la traición a los caídos de retomar la vida donde la dejamos?.


jueves, 16 de abril de 2020

EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS II

En los tiempos del coronavirus, hay una realidad, la que el virus va escribiendo, él marca las pautas y domina los tiempos. Hay un solo protagonista pero muchos ojos contemplando, mirando los hechos, por tanto hay tantas interpretaciones de dicha realidad como seres humanos la visionan. 
A día de hoy, y desde hace ya muchos días, el epicentro de la pandemia se encuentra situada en Europa, ya que uno de cada dos infectados es del viejo continente. En Europa, como en el resto de lugares del mundo desarrollado, los hechos y la información es más precisa, está más detallada, más televisada. El que lo cuenta también es de allí, por lo que estos ojos ven muy de cerca el problema, tanto que se siente rodeado por él. Y es en estos momentos, cuando más de cerca y más fuerte está incidiendo el virus aquí, al menos hasta ahora, cuando me conmueve el conocer información y datos concretos de anteriores casos, de otros virus que han aparecido anteriormente, no hace muchos años, en otros lugares, casi siempre menos desarrollados. Virus que quizás han contagiado a menos población pero con una tasa de mortalidad mayor, y que ya en aquellas ocasiones pusieron en jaque, a nivel sanitario y de respuesta ante situaciones críticas a regiones enteras. Un ejemplo conocido fue el ébola en 2014.
Es quizás por todo ello, quizás por no haber atendido en su día con suficiente carga emocional, y con seguridad, por la proyección que hago sobre como podría comportarse la actual pandemia en muchos territorios de África, lo que me hace pensar en las innumerables y desastrosas consecuencias que tendría en esos países, donde los medios son muy limitados, y donde existen débiles sistemas de salud.
En los tiempos del coronavirus, también ha lugar para pensar en ese "otro mundo" que se encuentran más allá de "el mundo". Más allá de las paredes de este confinamiento mental en el que vivimos los que está vez si nos hemos chocado de pleno.

martes, 14 de abril de 2020

EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS

En los tiempos del coronavirus,
todo se vuelve diferente, más intenso,
un poema no es un poema,
como un lamento no es
un simple acto teatralizado con pasión.
Un lamento es un vaso de cristal que cae al suelo,
una pérdida ya irrecuperable de tu alma.
La soledad no es una posibilidad,
ni un capricho, ni un rato al sol,
es una dictadura y no se diga más.
En cambio la ropa,
no es más que un taparrabos
necesario para no ensuciar,
y el vestir,
una excentricidad inmoral.
En los tiempos del coronavirus,
todo se vuelve diferente,
todo aun siendo lo mismo,
ha cambiado.

lunes, 13 de abril de 2020

SALUDOS

¡Muy buenas!, este es un espacio personal y a la vez compartido en el que yo, @francissaborido, una persona más, no más pero tampoco menos, he decidido con libertad y respeto, expresar y plasmar algunas reflexiones, noticias, vivencias, inquietudes,... que me puedan interesar, gustar o apetecer.
Así que sin más te doy la bienvenida y te doy las gracias.
Me despido diciendo, porque así lo creo, que caminar es uno de los actos más importantes que podemos hacer en la vida, es una obra en sí. Las razones por lo que digo esto son tan buenas como las tuyas, porque si yo camino, seguro que tú, o usted, también.
¡Así que a caminar!.

CARTA DE LOS TRES REYES MAGOS DE ORIENTE A MIS HIJOS

  Queridos Manuel de la Piedad e Inés Salud: Somos Melchor, Gaspar y Baltasar, los tres Reyes Magos de Oriente, y durante esta noche he...